El Plan Digital de Contrataciones Públicas (PLADICOP) ha llegado como uno de los cambios más comentados con la entrada en vigencia de la Ley N.° 32069, la nueva Ley General de Contrataciones Públicas. Y, como toda novedad, no han tardado en aparecer las dudas, confusiones y hasta “verdades a medias” que circulan entre funcionarios y proveedores.
Hoy desmontamos cinco de esos mitos para entender qué es realmente el PLADICOP y cómo impacta en la gestión pública.
1. “El PLADICOP es solo un cambio de nombre del PAC”
❌ Falso.
El Plan Anual de Contrataciones (PAC) fue durante años el instrumento de programación, pero el PLADICOP no es simplemente una etiqueta distinta. Es un sistema digital que busca integrar la planificación de las contrataciones con la gestión por resultados, permitiendo trazabilidad, control en línea y alineamiento con el presupuesto y los objetivos institucionales.
En otras palabras: el PAC miraba la lista de compras; el PLADICOP mira la estrategia detrás de esas compras.
2. “El PLADICOP no es obligatorio todavía”
❌ Otro error frecuente.
La Ley 32069 establece que todas las entidades públicas están obligadas a formular, registrar y actualizar su PLADICOP en la plataforma habilitada por el OECE y el MEF. Ya no es una opción: es un requisito que, de incumplirse, genera responsabilidades administrativas.
El mito suele surgir porque algunas entidades aún están en proceso de transición digital. Pero cuidado: la obligatoriedad no espera a que “todos estén listos”.
3. “El PLADICOP solo sirve para cumplir con la norma”
❌ Visión reducida.
El PLADICOP no es un simple “checklist” legal. Es una herramienta que puede evitar la improvisación en las compras, reducir riesgos de sobrecostos y dar coherencia entre lo que se compra y los objetivos institucionales.
¿Ejemplo concreto? Una municipalidad que alinea su PLADICOP con su presupuesto participativo evitará destinar recursos a bienes que no responden a necesidades reales de la población.
4. “El PLADICOP es responsabilidad exclusiva del área de Logística”
❌ No.
Aunque el área de logística y contrataciones suele liderar el proceso, el PLADICOP involucra a todas las áreas usuarias. Cada dependencia debe prever sus requerimientos, estimar costos y coordinar con presupuesto.
Reducirlo a un trámite de logística es como pensar que la planificación de un viaje depende solo del chofer, cuando en realidad todos los pasajeros tienen algo que decir sobre el destino.
5. “El PLADICOP es un freno, complica más la gestión”
❌ Al contrario.
Si bien implica un esfuerzo inicial de aprendizaje, el PLADICOP digitaliza, centraliza y transparenta la información, lo que a mediano plazo reduce duplicidades y agiliza la toma de decisiones.
La traba no está en el sistema, sino en la resistencia al cambio. Lo que antes se hacía en hojas Excel dispersas ahora se integra en un solo espacio digital, accesible para la entidad, el OECE, la Contraloría y, sobre todo, la ciudadanía.
El PLADICOP no es una moda ni un capricho normativo: es la apuesta por una contratación pública más planificada, transparente y eficiente.
Romper estos mitos no solo ayuda a cumplir con la norma, sino a entender que planificar digitalmente significa gestionar mejor los recursos públicos.
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