1. Introducción
El incremento de la extorsión a gremios de transportistas ha generado un debate sobre la implementación de medidas de excepción, como el toque de queda, para frenar esta ola delictiva. Sin embargo, voces expertas y los propios afectados han señalado que «a los criminales no les interesa la hora», sugiriendo la ineficacia de la medida.
Este artículo analiza, desde una perspectiva criminológica y de política pública, la desconexión entre la naturaleza del delito de extorsión y la herramienta de restricción de movilidad (toque de queda). Se argumenta que el toque de queda es un instrumento diseñado para el control del orden público y la disrupción de delitos de oportunidad (callejeros), pero carece de efectividad contra el crimen organizado, cuyo modus operandi no depende de horarios específicos.
La implementación de esta medida podría, paradójicamente, afectar más a las víctimas (transportistas) que a los victimarios, al tiempo que desvía recursos policiales de la investigación (inteligencia financiera y criminal) hacia la fiscalización de la movilidad civil.
2. Marco Conceptual: La Desconexión entre Herramienta y Delito
Para entender la problemática, es crucial diferenciar conceptualmente el instrumento (toque de queda) y el objetivo (extorsión).
2.1 Naturaleza del Toque de Queda
Un toque de queda es una herramienta de control territorial y de orden público. Su efectividad radica en la restricción de la movilidad masiva. Es eficaz para:
- Disolver desórdenes públicos (protestas, disturbios).
- Reducir delitos de oportunidad (robos callejeros, hurtos) que dependen del encuentro casual entre víctima y victimario.
- Facilitar operaciones policiales o militares a gran escala, al «despejar» el espacio público de civiles.
2.2 Naturaleza del Delito de Extorsión
La extorsión, en cambio, es un delito que pertenece a la esfera del crimen organizado. Sus características principales son:
- Carácter económico y sistemático: No es un acto impulsivo; es un negocio ilícito que busca un flujo de ingresos constante.
- Acción psicológica: Opera principalmente a través de la amenaza y la coerción (llamadas, mensajes). Esta fase opera 24/7 y es inmune a restricciones de movilidad.
- Violencia simbólica: La violencia (quema de vehículos, disparos) no es el delito en sí, sino el mecanismo de cumplimiento o marketing del terror. Estos actos son planificados, rápidos y ejecutables en cualquier momento para maximizar el impacto.
3. Análisis de la Ineficacia: «A los criminales no les interesa la hora»
La afirmación central de la noticia es un resumen preciso de la desconexión operativa entre el toque de queda y la extorsión.
3.1 El Modus Operandi de la Extorsión vs. la Restricción de Movilidad
El toque de queda restringe el movimiento en el espacio público, pero la extorsión no reside allí.
- Planificación y amenaza: Se realiza desde la clandestinidad (incluso centros penitenciarios). No requiere presencia callejera.
- Ejecución del acto violento: El delincuente actúa en horarios adaptables. Si el toque de queda es a las 11 p.m., actúa a las 10 p.m. o 6 a.m.
- Cobro: Se realiza por canales digitales o clandestinos, fuera del ámbito de control del tránsito ciudadano.
3.2 Impactos Colaterales: Perjudicando a la Víctima
Implementar un toque de queda puede ser más perjudicial para los transportistas que para los criminales.
- Restricción económica: Muchos transportistas operan de noche o madrugada. El toque de queda afecta directamente su operatividad y rentabilidad, generando una “segunda extorsión” desde el Estado.
- Falsa sensación de seguridad: La medida crea una ilusión de control sin resolver el problema estructural. Cuando la violencia resurja, aumentará la desconfianza en las autoridades.
4. Discusión: La Política de Seguridad Adecuada
La extorsión no se combate con un instrumento de orden público, sino con herramientas de investigación criminal e inteligencia.
La afirmación «a los criminales no les interesa la hora» debe interpretarse como una demanda por un cambio de estrategia.
La solución requiere:
1. Inteligencia Financiera
Rastrear la ruta del dinero de los “cupos”. La extorsión es un delito económico. Su punto débil es el sistema financiero que permite movilizar las ganancias.
2. Inteligencia de Comunicaciones
Control efectivo de comunicaciones desde los centros penitenciarios, desde donde opera gran parte de esta delincuencia.
3. Investigación y Desarticulación
Trabajo policial focalizado en:
- Identificación de redes delictivas
- Captura de líderes
- Protección de denunciantes
- En lugar del patrullaje masivo o medidas que restringen a la población general
5. Conclusión
La propuesta de implementar un toque de queda para combatir la extorsión a transportistas evidencia un error de diagnóstico fundamental: se confunde un delito estructural y organizado con un problema de delincuencia común.
Como bien lo intuye la sabiduría popular citada en la noticia, el modus operandi del extorsionador es ubicuamente distribuido en el tiempo, haciendo irrelevante la restricción nocturna.
El toque de queda, en este contexto, es una herramienta imprecisa que falla en atacar la logística del criminal, pero golpea severamente la logística de la víctima.
La seguridad efectiva contra el crimen organizado requiere menos despliegue de fuerza para el control social y más capacidad de inteligencia e investigación para la desarticulación criminal.
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