Los componentes del gasto privado mostraron un notable avance en comparación con el trimestre anterior, beneficiándose de una disminución de conflictos sociales y una menor presión inflacionaria sobre los ingresos reales de los hogares. Esta situación creó un entorno propicio para el consumo, mejorando significativamente la confianza de los actores económicos.
El clima favorable para el gasto privado no solo mejoró las expectativas de los empresarios sobre la economía a corto y mediano plazo, sino que también aumentó la confianza de los hogares. Este optimismo, junto con mayores ingresos reales y niveles de empleo, incrementó la demanda de bienes de consumo no duraderos y revitalizó sectores como el comercio, alojamiento y restaurantes. Estos cambios reflejan un fortalecimiento de la demanda externa y un repunte en la actividad económica.
Además, la inversión privada experimentó un crecimiento moderado gracias a la recuperación de las expectativas empresariales y términos de intercambio más favorables. La inversión pública también jugó un papel crucial, con un aumento interanual del 39,9% en el gasto, principalmente a nivel regional y local. Este incremento en la inversión pública fue clave para la expansión del Producto Bruto Interno (PBI), que creció un 0,5% en términos desestacionalizados respecto al trimestre anterior, demostrando una robusta recuperación de la actividad económica.
Fuente: Expreso
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