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LA CORRUPCIÓN SISTÉMICA Y LA CRISIS DE CONFIANZA INSTITUCIONAL: ANÁLISIS DE LA PERCEPCIÓN CIUDADANA DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ (2025)

El informe de Proética que revela que la percepción de la corrupción en el Perú alcanzó su nivel más alto en 2025, es un indicador crítico de la profunda crisis de confianza institucional que atraviesa el país. Este artículo analiza la naturaleza y las implicaciones de este fenómeno, argumentando que la alta percepción de corrupción (que va más allá de los escándalos puntuales) se debe a la falta de sanciones ejemplares y la captura del Estado por intereses privados, lo que erosiona el principio de la legitimidad democrática. Se examina la distinción entre la corrupción grande (macroscópica) y la corrupción pequeña (burocrática), y se postula que el aumento en la percepción refleja un fracaso sistémico en los mecanismos de accountability y control. La persistencia de esta percepción elevada tiene consecuencias directas en la inversión, el desarrollo social y la estabilidad política.

1. Introducción

La corrupción es definida no solo por el desvío de fondos públicos o el abuso de poder, sino por la percepción que tiene la ciudadanía sobre la extensión de este fenómeno. La medición de la percepción, como la realizada por Proética (capítulo peruano de Transparencia Internacional), actúa como un termómetro de la salud institucional de un país.

El hallazgo de que la percepción de la corrupción alcanzó su punto más alto en 2025 indica que los esfuerzos anticorrupción desplegados hasta la fecha han sido insuficientes para revertir la sensación de impunidad. El objetivo de este análisis es contextualizar esta cifra récord, explorando sus causas estructurales y sus graves consecuencias para la gobernabilidad.

2. Marco Teórico: Percepción vs. Incidencia y la Crisis de Legitimidad

En la ciencia política y la economía, se distingue entre la incidencia real de la corrupción (los casos probados) y la percepción (lo que la gente cree que ocurre). Sin embargo, una percepción extremadamente alta es en sí misma una crisis.

2.1. El Factor de la Impunidad

Una alta percepción no solo se debe a la cantidad de nuevos escándalos revelados, sino a la falta de resoluciones judiciales rápidas y ejemplares. Si los casos de corrupción de alto nivel se prolongan en el tiempo sin condenas firmes, la ciudadanía concluye que el sistema de justicia está cooptado o es ineficaz, reforzando la sensación de que la corrupción es un riesgo bajo y una práctica habitual.

2.2. Erosión de la Confianza Institucional

La corrupción sistémica rompe el contrato social: el ciudadano paga impuestos a cambio de bienes y servicios públicos, pero si percibe que una parte significativa de esos recursos es desviada, el cumplimiento tributario y la confianza en las instituciones (Poder Ejecutivo, Congreso, Poder Judicial) colapsan. Esto se convierte en una crisis de legitimidad democrática.

3. Análisis Estructural: Corrupción Macroscópica y Burocrática

La alta percepción en el Perú se alimenta de la interacción de dos tipos de corrupción:

3.1. La Corrupción Grande (Macro)

Dominada por los escándalos políticos (licitaciones de grandes obras, coimas a altos funcionarios, financiamiento ilícito de partidos). Estos casos ocupan los titulares y son los principales responsables de la cifra récord de percepción, pues afectan la cúspide del poder.

3.2. La Corrupción Pequeña (Burocrática o de Bolsillo)

Involucra trámites cotidianos y servicios públicos (ej. coimas en municipios, policía, hospitales). Aunque menos espectacular, esta corrupción es la que experimenta el ciudadano de a pie, reforzando la idea de que «nada funciona sin coima» y perpetuando la cultura de la ilegalidad.

La crisis de 2025 sugiere que la corrupción macroscópica está en su punto más álgido, pero es alimentada por la inercia de la corrupción burocrática, creando un ambiente de desmoralización generalizada.

4. Consecuencias Políticas y Económicas

La percepción récord de corrupción tiene consecuencias tangibles:

  • Inversión Extranjera Directa (IED): La corrupción funciona como un impuesto invisible y discrecional para los inversionistas. Una alta percepción eleva el riesgo país, desincentivando la IED y frenando la creación de empleo.
  • Fragmentación Política: La desconfianza en los líderes y partidos genera un rechazo constante a las élites, contribuyendo a la fragmentación del voto y al surgimiento de figuras outsiders sin experiencia, pero con retóricas anti-corrupción.

5. Conclusión

El nivel récord de percepción de corrupción registrado por Proética en 2025 es una señal de alarma que exige una respuesta coordinada y sostenida del Estado. La noticia no es solo que la corrupción existe, sino que la ciudadanía ha perdido la fe en la capacidad del Estado para combatirla eficazmente.

La única vía para revertir esta tendencia es mediante la reforma del sistema de justicia para asegurar la sanción ejemplar de los casos de alto nivel, combinada con la digitalización de los trámites burocráticos (para reducir la corrupción de bolsillo). Solo la prueba visible de que la ley aplica a todos, sin excepción, puede restaurar la confianza y desescalar la percepción de que la corrupción es el modo operativo de facto del Estado.

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