En la temporada invernal de 2025- 2026, varios países de Europa, Asia y América del Norte han reportado un aumento significativo en los casos de influenza estacional causados por virus del subtipo (H3N2), especialmente asociados a una subvariante denominada “subclade K”. Las autoridades sanitarias han documentado un ascenso temprano y más intenso de la actividad gripal en comparación con temporadas anteriores, presionando a los sistemas de salud y generando preocupación epidemiológica. Este artículo revisa las bases virológicas de la variante, las manifestaciones clínicas asociadas y las implicancias para la salud pública.
Introducción
La influenza estacional es una infección respiratoria aguda causada por virus de tipo A y B, con los virus A(H3N2) entre los más comunes en humanos. La ocurrencia de brotes epidémicos depende de múltiples factores, incluidos cambios antigénicos en los virus que permiten la evasión parcial de la inmunidad preexistente. Desde finales de 2025, los reportes epidemiológicos muestran un incremento de la circulación de virus A(H3N2), en particular de un subgrupo genético conocido como subclade J.2.4.1 o “K”.
Características virológicas de la variante (H3N2)
Los virus influenza A(H3N2) se caracterizan por su capacidad para mutar en proteínas de superficie (hemaglutinina y neuraminidasa), lo que facilita la evasión de la respuesta inmune obtenida por infecciones previas o vacunación. La subclade K ha mostrado diferencias genéticas respecto a otras variantes circulantes, lo que se ha asociado con una mayor transmisibilidad observada en varios países durante esta temporada. Aunque la evolución genética es constante en los virus gripales, este incremento rápido en detecciones ha llamado la atención de los sistemas de vigilancia global.
Situación epidemiológica actual
Desde octubre de 2025, la actividad de influenza en el hemisferio norte ha aumentado, con varios países europeos y partes de Estados Unidos reportando elevadas tasas de enfermedad respiratoria aguda y hospitalizaciones asociadas a influenza. En Asia, algunos países también informan brotes significativos, incluyendo episodios epidémicos declarados como en Japón. Globalmente, la mayor parte del aumento de casos se ha atribuido a los virus A(H3N2) predominantes en las pruebas virológicas.
Manifestaciones clínicas y grupos de riesgo
Los síntomas de la infección por variante A(H3N2) son similares a los de la influenza estacional: inicio súbito de fiebre alta, tos, dolor de garganta, mialgias, fatiga y malestar general. Algunos pacientes pueden experimentar síntomas gastrointestinales, como diarrea o dolor abdominal, que no son exclusivos, pero pueden estar presentes en brotes intensos. La presentación clínica puede solaparse con otros virus respiratorios, incluyendo SARS‑CoV‑2, lo que plantea desafíos diagnósticos en contextos de co-circulación viral.
Los grupos con mayor probabilidad de complicaciones graves incluyen adultos mayores, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con condiciones médicas subyacentes como enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas, inmunodepresión o diabetes.
Impacto en sistemas de salud
El incremento temprano de la actividad gripal ha producido una mayor demanda de servicios de salud, con ingresos hospitalarios en alza y presión sobre unidades de emergencia en varios países europeos. En el Reino Unido, por ejemplo, las hospitalizaciones por gripe han alcanzado cifras récord para esta época del año, impulsando a algunas instituciones a reinstaurar medidas preventivas, como el uso de mascarillas en hospitales.
Prevención y control
La vacunación antigripal sigue siendo la principal herramienta de prevención. A pesar de las diferencias genéticas observadas en la variante K, los datos disponibles sugieren que la vacunación continúa ofreciendo protección significativa contra la enfermedad grave y la hospitalización, aunque su eficacia puede ser menor para prevenir infecciones sintomáticas ligeras o moderadas. La Organización Mundial de la Salud y los centros nacionales de vigilancia recomiendan continuar con la vacunación de grupos de riesgo y mantener vigilancia activa de la evolución de los virus circulantes.
Conclusiones
El aumento de casos de influenza A(H3N2), en particular de la subclade K, en Europa, Asia y Estados Unidos representa un desafío epidemiológico en la actual temporada gripal. La combinación de mayor transmisibilidad, presión sobre los sistemas sanitarios y la necesidad de una respuesta adaptada subraya la importancia de mantener la vigilancia virológica y epidemiológica, promover la vacunación y aplicar medidas de salud pública eficaces para mitigar el impacto de la enfermedad.
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